Se Roma può perire, cos’altro ci resta di sicuro?1
San Gerolamo
La poesía es el monstruo perfecto del capitalismo, gracias precisamente a su talla irreal. Aquí quisiera citar a Eliade2, pero no recuerdo, mucho menos la edición.
La poesía no existe en el momento en que es descartada por el algoritmo turbocapitalista (también la desechan versiones anteriores de la realidad, quizás en atención a una definición3). Es por ello que viene emparentada de manera estrecha, como ya reconoce la tradición órfica, con la taumaturgia.
Por su parte, el capitalismo actúa como el monstruo liberado de nuestra voluntad4 y nuestros ojos —nuestra lógica—.
La credulidad para la magia funciona como el amor, los que se creen devotos y enamorados acaban estándolo sinceramente, y los que dudan de sus sentimientos impiden que esos mismos sentimientos se produzcan, una paradoja que nos deja siempre a solas con la duda de en qué nos habríamos convertido si nos hubiésemos permitido creer.5
Vale.
Notas
1. «Si Roma puede morir, ¿qué certeza nos queda?». Traducción libre; extraído de M. Cipolla, Carlo. Allegro ma non troppo. Le leggi fondamentali della stupidità umana (il Mulino)
2. Tratado de historia de las religiones
3. «La poesía es hambre de realidad», Paz, Octavio. El arco y la lira (Fondo de Cultura Económica)
4. Mary Shelley etc.
5. Barba, Andrés. República luminosa (Anagrama)
Otros libros en mientes (bibliografía)
Calvino, Italo. Il barone rampante
Fisher, Mark. Constructos flatline. Materialismo gótico y teoría-ficción cibernética (Caja Negra)

Deja un comentario