Abro dos periódicos, El Mundo y La Razón, en su versión digital actualizada del 19/4 a las 11:38 y 13:08, respectivamente, pertenecientes a la derecha mediática y muy activos en su atribución como generadores de opinión (pugilista neocón y escudero paleoconservador), al punto de redirigir posiciones públicas de los partidos políticos. Ahora libran la campaña electoral norteamericana, por lo que de intercambiable en un contexto globalizado. Cargan las tintas contra el candidato demócrata, que representa la planta progresista pese a su compromiso con el genocidio en Gaza y las declaraciones que siguen. Escojo este par de artículos por cuanto arrojan luz sobre la visión de túnel occidental en lo referente al otro-extranjero (orientalismo)[1].
Los titulares:
- “Joe Biden sorprende al afirmar que su tío fue devorado por caníbales”;
- “Biden sugiere que su tío militar fue devorado por caníbales en Nueva Guinea tras sufrir un accidente de avión”.
Primero habrá que considerar la edad del hablante (81 años) y sus habituales lapsus, en lo que ya se ha dado en llamar una “gerontocracia” (Trump sólo tiene 77); por no mencionar su clase social, su género, su orientación sexual y su color de piel, razones todas que siguen condicionando grandes procesos migratorios.
El titular de El Mundo es breve y efectista. Que Joe Biden sorprenda con sus declaraciones prácticamente anula las expectativas de los suscriptores, acostumbrados a que el diario se extienda sobre cada uno de sus patinazos. El verbo “devorar” es una traducción dudosa de “comer”, que es el verbo (to eat) que empleó el presidente norteamericano. Por lo menos no revela antes de tiempo la nacionalidad de los caníbales. Cierto que en español solemos emplear el primero para referirnos a lo que hacen alimañas y antropófagos, aunque debemos considerar la pertinencia del significado por cuanto de humanizador con el resto de la fauna y de deshumanizante con los accionistas. Pensar que esta gente no usa cubiertos para alimentarse del fruto ajeno, carne de su carne, puede servirnos para desatar los bajos instintos.
El de La Razón parece un tráiler de Indiana Jones: sólo faltan los nazis, aunque deben de aparecer en el cuerpo de la noticia. También traduce “devorar” por “comer”, pero da más pistas: “Nueva Guinea”[2] y “accidente de avión”. Bravo por los guionistas.
El caso es que devorada la extensión indicada para esta práctica, voy a tratar de concluir con algún resto de elegancia. De todas maneras, es redundar en la infamia; y una mayoría abrumadora de usuarios va a quedarse en los titulares ya comentados. En el mismo sentido, resulta elocuente la distribución del texto en la página (la estructura del cuerpo de la noticia): a oración por párrafo, sin apariencia de complejidad a ningún nivel lingüístico o semiótico. La pieza de La Razón todavía se permite incluir algún punto y seguido. Toda esta masa crítica de lectores, a la que se apela desde un nivel de basic talk,[3] escribe en tuiter contra el adoctrinamiento en las aulas.
Enlaces a las noticias:
[1] Said, Edward. (2003). Orientalismo. Debolsillo.
[2] ¿Saben los lectores dónde queda eso?
[3] Modler, Peter. (2019). Mit Ignoranten sprechen. Wer nur argumentiert, verliert. Campus Verlag. Yo tampoco leo alemán.

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